POSIBLE SOLUCIÓN

Al contratar con AUTOEUROPE es como si firmases un talón en blanco. Ellos pueden disponer de tu tarjeta de crédito como lo deseen, durante un tiempo ilimitado, realizando cargos por desperfectos inexistentes o servicios no prestados.

UNA SOLUCIÓN ES CANCELAR LA TARJETA DE CRÉDITO AL DEVOLVER EL COCHE.

Es fácil, llamas a tu banco para cancelar la tarjeta y te envían otra en un plazo de 15 días. Al cambar los datos de la tarjeta la compañía no puede retirar más dinero.

De este modo, Autoeurope solo cobra el alquiler del coche con el precio original y no puede hacer cargos extraordinarios.

martes, 28 de agosto de 2012

Autoeurope- sicily by Car Bérgamo- Italia. Estafadores

Con motivo de un viaje al norte de Italia, alquilamos por Internet un vehículo tipo Mercedes Vito de nueve plazas (que en destino se convirtió en un modelo equiparable de la marca Fiat) a la compañía Sicily by Car-Autoeropa.it Aeropuerto de Bérgamo. El precio del alquiler estaba concertado desde España. Hicimos uso de la furgoneta sin el menor percance y de manera muy satisfactoria, pero a la hora de devolverla, la tarde que nos volvíamos a España, comenzaron los problemas.
Aparcamos el vehículo muy cerca de su oficina, en la terminal de llegadas del aeropuerto. Nos dijeron que allí no podían verlo, que lo lleváramos al aparcamiento de donde lo habíamos cogido, a kilómetro y medio de la terminal, donde alguien de la compañía lo revisaría. Así que tres personas del grupo (ocho en total) fuimos a aparcar la furgoneta, mientras las demás esperaban en la oficina. La primera sorpresa desagradable fue que cuando fuimos a dejar la furgoneta en el aparcamiento sufrimos una verdadera odisea, pues no había allí nadie de la empresa responsable para facilitar la operación y tuvimos que dar un montón de vueltas al no encontrar ningún sitio que se adaptara al volumen del vehículo. Finalmente, y tras muchas dificultades, conseguimos aparcar después de más de media hora. En todo este tiempo no hubo nadie de la empresa en la pequeña oficina que tienen en el aparcamiento, y como nos habían asegurado al llegar al aeropuerto, solo había una oficina cerrada con un cartel escrito en la puerta que ponía que se entregasen las llaves de los vehículos a devolver en la oficina del aeropuerto. Así que optamos por volver en un autobús que comunica ambos lugares. La segunda sorpresa fue que nos pretendieron cobrar 338 euros en lugar de los 201 acordados por Internet sin ningún tipo de explicación que lo justificara. Abusando de nuestra situación de impaciencia (el vuelo hacia Santander salía esa misma tarde) demoraban las explicaciones (llamando por teléfono a los supuestos jefes o responsables). Al final tuvieron que aceptar que la reserva contemplaba claramente esa suma, pero pronto surgieron nuevos problemas. También pretendieron cobrar por el alquiler del GPS la suma de 50 euros, en lugar de los 33 euros, que habíamos acordado desde España, de nuevo espera hasta que aceptaron que 33 era el precio acordado.
Como ya teníamos motivos para desconfiar, les pedimos un recibo que acreditara la suma que se iba a cargar en nuestra tarjeta. Nos dijeron que ese trámite tenían que pedirlo a la oficina central y, otra vez, se demoraron hasta tal punto que sólo quedaron dos personas de nuestro grupo en la oficina, y los demás pasamos a la zona de embarque (dos de ellos marchaban a Madrid, y su avión salía de manera inminente). Pero lo peor estaba por llegar y la sorpresa monumental nos la llevamos cuando, esperando ese justificante, nos dicen que habíamos dañado una de las cuatro ruedas del vehículo. Al negar de manera contundente esa posibilidad, pues estaba claro que tal cosa no había sucedido y además era patente, afirmaron que la rueda que estaba dañada era la de repuesto, que está en la parte inferior del vehículo, y no se puede ver a simple vista. Todo esto cuando faltaba muy poco tiempo para que el avión saliera hacia Santander y no había tiempo para ningún tipo de comprobación.
Por supuesto, nosotros no vimos ese supuesto daño, ni solos ni en presencia de nadie de la empresa (ya hemos dicho que en el aparcamiento no hubo ninguna persona de la empresa en el larguísimo intervalo que nos llevo aparcar el vehículo). Nadie nos acreditó que tal cosa hubiera sucedido, ni se nos entregó documento alguno del estado del vehículo antes de nuestro alquiler. Por descontado, no tuvimos ningún percance a lo largo del viaje que pudiera suponer tal deterioro.
En señal de desacuerdo, dejamos en la oficina del aeropuerto una reclamación por escrito en inglés, y en días siguientes enviamos las ocho personas sendos e-mails a la persona responsable (Vittoria Scalici) dejando claro nuestro malestar y el trato abusivo del que éramos objeto, además hemos hecho mas de 25 llamadas a Sicilia y Bérgamo y se dedicaban a tenernos esperando para decirnos que no estaba la persona responsable de reclamaciones, solo dos veces conseguimos hablar con ella, nos dijo que en unos días nos llamaba para decirnos algo y nunca lo ha hecho.
En la cuenta asociada a la tarjeta de crédito descubrimos investigando ayer por Internet que habían hecho un cargo con fecha valor de 27-2-2009 de 545,61 euros que, por supuesto, hemos devuelto pues en ningún momento nos han avisado de que ese sea el importe a pagar. Por supuesto, nosotros estamos dispuestos a pagar el precio acordado de 235,01 € cuando la compañía quiera, pero ni un euro más. El abuso es tan descarado como nuestra sensación de indefensión, por lo que recurrimos al amparo de su experiencia y buen criterio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario