Este verano en el aeropuerto de Cagliari se nos exigió una tarjeta
de crédito, a nombre del conductor, con una disponibilidad de 1.000€ para dejar
un deposito por posibles desperfectos.
Como la tarjeta del conductor no disponía de crédito
suficiente nos vimos obligados a contratar un segundo conductor para que este
pudiese aportar la tarjeta de crédito. El contrato de este segundo conductor
supuso un incremento en el alquiler de 125€.
A lo largo de las vacaciones nos enteramos que las tarjetas de crédito
del primer conductor eran negadas sistemáticamente por la compañía, algunos
clientes se vieron obligados a contratar un seguro adicional de unos 400€ y
otros tuvieron que anular su reserva por, supuestamente, no disponer de crédito.
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