El trato en la oficina de alquiler fue nefasto, tras tres
horas de espera para retirar el coche, los empleados me trataron como a un
miserable.
Supuestamente mi tarjeta no disponía del suficiente crédito
para el depósito, por lo que me obligaron a contratar un seguro a todo riesgo.
Las alternativas eran claras, o contrataba el seguro de 400€ o se cancelaba la
reserva.
Las vacaciones no podían empezar peor. Entregué todos mis datos y firmé los
papeles, aguanté sus insolencias y me recogí el coche con un disgusto que
hubiese arruinado mis vacaciones si no se me llega a ocurrir una SOLUCIÓN: Justo
antes de devolver el coche y antes de que pudiesen hacer ningún cargo llamé al
banco y pedí que anulasen la tarjeta de crédito y que me enviasen una nueva. De
este modo evité pagar por el seguro (una estafa porque la tarjeta tenía crédito
suficiente y el seguro era innecesario) y otras posibles sorpresas.
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